Más allá de ser el Presidente de la Academia
de Sommeliers de Venezuela, Leo
D’Addazio es el pionero y promotor de este noble oficio que a su juicio se
caracteriza por ser más que un mesonero o un simple servidor de vino.
Se trata de esa persona especializada en diversos
licores, habanos y aperitivos, que armonizarán con el plato de cualquier
comensal, abriendo no sólo el paladar de quien lo consume, sino también sus
sentidos.
Un venezolano cuyos padres oriundos de Italia,
tomó muy en serio el tema de explorar las uvas y lo que hay detrás de ellas,
desde su nacimiento, cosecha, fermentación y consumo. “Siempre estuve
involucrado en el área del restaurante, porque de niño crecí jugando carritos
en la barra. Recuerdo que la primera vez que tomé vino, me lo ofreció mi padre,
ligándolo con agua para que comenzara a familiarizarme. Poco a poco fui
creciendo y las cantidades de agua en el vino iban disminuyendo. Siempre me
retaba con una botella diferente”, comenta sonriendo.
Sus inicios
De niño D’Addazio jamás pensó en involucrarse en
el mundo del vino, ni siquiera cuando decidió estudiar Química en la Universidad
Simón Bolívar en Caracas. “Cuando me gradué de químico, mi padre me dejó
encargado de un negocio de licores, cuyo reto decidí afrontar, sin pensar que
al año y medio tendría mi propio restaurante”, enfatiza.
Desde ese entonces, el mundo por los vinos
comenzó a atraer a D’Addazio, quién se trazó crear una Academia de Sommeliers
en Venezuela y lo logró en poco tiempo, contando con la grandiosa ventaja de
ingresar a la Asociación Mundial de Sommelier, cuyo ente admite tan sólo un
organismo por país.
“El hecho de estar perteneciendo a la asociación
mundial es un gran avance y un gran privilegio, porque hay países que tienen
sommeliers pero no forman parte de esta institución. Descubrí que me encanta
enseñar y andar actualizado en cuanto a información de vinos se refiere, y es
eso lo que he hecho dentro de la academia”, agrega. Cabe resaltar que quienes
forman parte de esta Academia, obtienen el título de sommelier, el cual tiene
validez dentro y fuera del país.
De familia
Para D’Addazio no hay problema que no pueda ser
resuelto con los pies bajo la mesa, por ello para él es fundamental el hecho de
sentarse en familia a compartir un buen plato. “No importa si son 5 o 10
minutos en el desayuno, ese momento es íntimo y se valora. El hablar, conversar
de cualquier cosa y sonreír, para mí tiene mucho valor”, dice.
De los 3 hijos que tiene Leo, uno de ellos está
dentro de la academia. Al indagar sobre si había ejercido influencia en él
sobre esta decisión, respondió riendo que no. Insiste en que “la pasión no se
inculca, sino que nace de ti”, por lo que recomienda a las nuevas generaciones
inmersas en este mundo gastronómico, que dejen aflorar sus sentimientos, que
huelan la comida, el vino, que lo sientan y sobretodo que lo disfruten.
Leo D'Addazio |
¿Una debilidad?
Amo la uva merlot toscana como buen italiano.
¿Un aroma?
El maderizado. Me encantan las especies.
Aunque si te soy sincero, adoro el olor de las personas como tal.
¿Una recomendación antes de realizar una
cata de vino?
No usar perfumes ni cremas, porque eso tiende
a confundir y a cambiar la percepción olfativa del producto a catar.
¿Qué opina sobre la movida artesanal a
nivel de cervezas?
Siempre que haya un esfuerzo por promover un
nuevo producto, el comensal va a interesarse en ello. Por eso se debe hacer con
total responsabilidad, porque si un producto no reúne las condiciones, entonces
debe ser retirado del mercado. En nuestro país a veces hay quienes creen que
por ser artesanal es malo, pero no, todo lo contrario. Es producto del esfuerzo
y de la creatividad de muchos emprendedores.
Por Joselina Rodríguez / Foto: Web
Tomado de la web de clase turista, les invito a disfrutar de su página.web y conéctate con Venezuela.
Por Joselina Rodríguez / Foto: Web
Tomado de la web de clase turista, les invito a disfrutar de su página.web y conéctate con Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario